¿Cuál
es la fuerza que posee la máscara en nosotros? ¿Qué extraño poder se desata
cuando alguien se la coloca sobre su rostro? ¿Qué símbolos arquetípicos se
ponen en funcionamiento para que el sujeto en cuestión sea otro, y coja
atributos que no son suyos o que permanecían ocultos en lo más profundo de la
psique?
La
máscara, ese artilugio, gadget, prótesis o muleta que transforma la
personalidad humana es indispensable en la construcción del héroe o el villano.
Sin ella no sería nadie. Su portador es diferente, raro, extraño, destaca del
resto de los humanos simplemente por ocultar su identidad. No se sabe quién es
y esto es lo que realmente inquieta. El temor es lo que surge en los que están
del otro lado, en los que se oponen a sus principios a sabiendas o no. Este
efecto es el mismo estén donde estén, y el enmascarado lo sabe y esa es su
primera ventaja. Con ella en su mano comienza a actuar, se suelta, sabe que él
también se encuentra protegido por esa otra piel que cubre su rostro y que sea
del material que sea lo hace invulnerable, lo anima, lo impulsa, lo lleva hasta
límites que jamás pensó que podría llegar. La máscara es su arma secreta, la
máscara lo posee, la máscara lo pone en otra dimensión.
¿Por
qué ocultar el rostro? ¿Por qué mostrar uno que en realidad no es el verdadero?
Parte de esas respuestas vamos a dejarlas a los antropólogos, psicólogos o
psiquiatras, pero lo que si podemos decir aquí, es que los motivos pueden ser
muchos y todos validos para los personajes en cuestión. Por ejemplo en la
ficción y, sobre todo en el cómic, un personaje como The Phantom consigue con
su máscara un halo de misterio entre los nativos, piratas y malhechores, que de
otro modo no conseguiría y esto se va a transmitir de generación en generación
transformándolo en un justiciero “inmortal”.
El Zorro, Batman, Diabolik y otros
necesitan ocultar su identidad para no ser detenidos por la ley o protegerse de
la venganza que los malhechores desatarían en ellos o en sus seres queridos,
propiedades o intereses.
El
alter ego, el otro yo, la otra personalidad o la identidad secreta del
enmascarado muchas veces se confunde. ¿Quién es él en realidad: el que va
debajo de la máscara o el que se muestra con ella? Aquí la respuesta podemos
encontrarla en la lejana antigüedad, en lo ceremonial, en el vínculo con los dioses,
con lo infernal, en el ritual, en el misterio profundo del hombre en la
búsqueda del saber quién es en realidad, en el ser instrumento de poderes
benéficos o maléficos, en lo más primigenio. Allí reside la fuerza de la
máscara.
The
Lone Ranger, Spiderman, The Green Hornet, Fantomas, Dr. Doom, The Joker, Green
Goblin, Bulleye, etc. etc. etc. la lista de héroes y villanos enmascarados es
extensísima y todos están “cortados por la misma tijera”.El
enmascarado en realidad siempre es misterioso y eso es lo que nos atrae de él.
Nos gusta el misterio, el riesgo, el peligro, las mascaras y los enmascarados,
estén donde estén, tanto ellos como nosotros.