30 de abril de 2014

Bava, La Máscara del Demonio y el Spaghetti Gothic


Se cumple este año el centenario del nacimiento de Mario Bava, un artista total, artesano y realizador. Bava, creador de género, genio del Giallo y la Fantacienzia, que hizo del cine Made In Italy de los 60’s y 70’s un producto único, original y atrevido.
Nos dejó unas veinte películas en su filmografía y no pocas Obras Maestras. Entre ellas su debut cinematográfico y el film que hoy recordamos: LA MASCHERA DEL DEMONIO.
LA MÁSCARA DEL DEMONIO, conocida también como BLACK SUNDAY en los Estados Unidos, inaugura un subgénero fantástico inigualable, el Terror Gótico Italiano. Un film indispensable y esencial.


Mario Bava, a partir de una idea original inspirada en un relato de Gogol titulado “El Viyi” (que como el mismo afirmó solo conservó el nombre de la protagonista), crea un film aterrador como pocos. La historia gira en torno a dos médicos en viaje por el este de la Europa del siglo XIX que accidentalmente son responsables de que una bruja llamada Asa, muerta siglos atrás, vuelva a la vida buscando venganza intentando apropiarse del cuerpo de una descendiente suya idéntica a ella, la joven y virginal Katia, para lograr sus malignos propósitos.


En su film plasma los tópicos románticos del genero tales como el infaltable castillo fantasmagórico, criptas oscuras y polvorientas, cementerios y tumbas sumergidas en la niebla, lúgubres bosques poblados de sombras y sonidos escalofriantes, cadáveres resurrectos por maligna magia negra, turbas de campesinos enfurecidos portando antorchas sedientos de venganza, crucifijos salvadores y brujas quemadas vivas. Nada de esto falta en su película pero el acierto y la originalidad reside en que nada sobra, nada es redundante sino que está colocado en su justa medida a partir de una necesidad del relato. Bava los dosifica en función de mantener en vilo al espectador y lo consigue además agregando su sello personal y particular, una exquisita fotografía deudora del expresionismo como solo él pudo lograrla y enriqueciendo la historia con elementos y recursos rompedores a nivel del significado.


Su gran acierto, no solo para su film sino para el género y el cine en general (aunque suene algo exagerado), fue el descubrimiento de la genial Barbara Steel en el doble rol protagónico. Una joven actriz británica que atrapó al italiano por su extraña belleza es la responsable de llevarnos por los senderos más oscuros del film. Interpreta Katia, una dulce pero misteriosa doncella y a Asa, la maligna bruja muerta que vuelve al mundo de los vivos clamando venganza. Barbara gracias a este trabajo inigualable se convirtió en una auténtico mito del cine de terror, un icono inconfundible del que podemos decir que en “La Máscara Del Demonio” da vida por vez primera a un personaje femenino de corte satánico como protagonista. Bava la descubre y  bajo su dirección consigue sacar lo mejor de su interpretación; esos grandes ojos inconfundibles, turbadores como los que más, su gesto, esa fría belleza cautivadora, maligna y sutilmente erótica que Bava necesitaba,  solamente la pudo conseguir ella.


La otra marca “baviana” que rompe el estereotipo clásico y lanza su Spaghetti Gothic es la inclusión de una lujuria velada y no tanto que aparece en diversos momentos entre los personajes. Ese atrevimiento en el relato que aflora en una  carnalidad sin exceso pero evidente, que se mezcla con una original “brujería vampírica” podríamos decir, que posee a Asa en su retorno al mundo de los vivos. Es la representación autentica y totalmente maligna sintetizada en una mujer. Lo escabroso, prohibido y oscuro se hace presente en momentos que transmiten sus personajes envueltos en relaciones necrófilas y  hasta sutilmente incestuosas. Bava jugó magistralmente con los limites y consiguió un producto vendible, apetecible y gustoso de consumir. Su inhibición no es censura sino buen gusto.


Completan el reparto actores como el también británico John Richardson en el papel del  galante Gorobek, Andrea Checchi como Krubayan, el infortunado médico, Ivo Garrani como Vaja, el padre de Katia, un soberbio Arturo Dominici como Yavutich, el brujo y sirviente resurrecto de Asa.
Una mención a la banda de sonido magnífica a cargo del genial Roberto Nicolosi que completa los ambientes terroríficos del film y acertadamente volvería a trabajar muchas veces más con el director sanremes.
“La Máscara del Demonio”. Un film que con el paso del tiempo se vuelve indispensable para entender el cine de terror y a Mario Bava como un gigante del séptimo arte.