12 de febrero de 2014

Los ESTRANGULADORES andan sueltos por MADRID!


Los atardeceres en el condado de Surrey, al sur de Londres, son especiales. El paso del día a la noche, con su variedad de tonalidades hasta llegar a la oscuridad más profunda, suele estremecer. En Chiddingfold, un pueblecito en las afueras de Guildford, su capital, dicen que comenzó todo y no es casual. Esos tonos especiales del ocaso que van del blanco al negro más profundo fueron el manto que cubrió el nacimiento de THE STRANGLERS.

Al principio, allá por 1974, fueron The Guilford Stranglers y al poco tiempo dejaron el topónimo de lado. JJ Burnel, Jet Black, Hugh Cornwell y Dave Greenfield consiguieron crear un grupo que no encajó en ninguna corriente musical en concreto pero que al llegar a Londres a mediados de los 70’ dejaron una marca indeleble en la escena musical al explotar el punk.

Primero el circuito de pub-rock, luego los 
legendarios conciertos del London 77. Allí estuvieron en el momento preciso en el lugar adecuado. A pesar de no ser coetáneos de los adolescentes que patearon el tablero por entonces -y de despertar alguna suspicacia por este motivo- encajaron perfectamente y marcaron una época. 


De ahí en más Los Estranguladores jamás se detuvieron: sarcásticas historias de perdedores, amores oscuros en ambientes obsesivos, filosofía y religión mezclada con alienígenas, inteligentes juegos de palabras en medio de sucias cloacas… pero por momentos también cantos esperanzados enmarcados por el sol radiante fueron sus historias. Su sonido, marcado por  una guitarra que por momentos es limpísima y por otros dura y agresiva como ninguna, un bajo tormentoso y denso como una avalancha, teclados que evocan lo cósmico y lo siniestro a su vez que enloquecen a cualquiera, una batería como un reloj que está siempre a punto de estallar en mil pedazos y nunca sucede y finalmente una voz que borda cada frase, cada palabra como un grito, como un lamento desesperado. Eso es The Stranglers en esencia pura: señores con clase y gamberros desbocados que desde hace cuarenta años nos acompañan con momentos gloriosos, altibajos, alguna deserción como la de Cornwell en 1990, remplazos correctos y vuelta a empezar.



Álbumes como Rattus NorvelgicusNo More HeroesBlack And WhiteAural SculptureDreamtimeCoup The Grace o Giants son una muestra de uno de los más grandes grupos de todos los tiempos. 

En este cuarenta aniversario visitan Madrid. Al atardecer del próximo 3 de abril los contrastes tonales del ocaso de Surrey se harán presentes en la Capital. Afortunados aquellos que compartan la fiesta de Los Estranguladores en la ciudad de Cibeles porque serán parte de la Historia.







7 de febrero de 2014

Una bestia con malas compañias


Un sueco en los Estados Unidos. Tierra de promesas que allí es posible de la nada convertirse en una auténtica leyenda. Para una bestia de más de 130 kilos y de aspecto temible era lógico que se ganase el pan con la lucha libre. Y así fue pero sus padres nunca asumieron que su “bebé” no se dedicara al ballet. En Hollywood, tierra de pecado, se rodeó de malas compañías. Un tío convencido de ser un gran director de cine llamado Ed Wood, al que le encantaba llevar ropa interior femenina sin ser homosexual y otro, un tal Bela Lugosi, una gloria del celuloide en el ocaso de su carrera y de su vida que nunca pudo impedir ser visto por todo el mundo como un vampiro. Con semejantes colegas la cosa para el sueco no pintaba mucho mejor de lo que era pero el Destino quiso que su voluminoso cuerpo ocupara un lugar en el cine junto a los dos personajes anteriormente nombrados. Así que Tor Johnson entró para siempre en la galería de los seres más icónicamente marginales del cine y la cultura popular gracias a Plan 9 From Outher Space. A nosotros solo nos queda por decir que nunca olvidaremos al Poderoso Tor, un auténtico grande en la galería de infames adorables del cine más audaz.

Fantasmas del 14


Hace exactamente 100 años atrás un fantasma recorría Europa, el fantasma del espiritismo. Europa y el mundo entero.
El mundo real, optimista, positivista y material, el de La Gran Ilusión, estalla en mil pedazos con la crueldad de la Primera Guerra Mundial y paradójicamente convive con el otro mundo, el de lo oculto, el del más allá, el mundo de los espíritus manifestados por médiums que emiten ectoplasmas por la boca, escritura automática y sesiones espiritistas donde los difuntos se hacen presentes. Fueron tiempos donde los farsantes hicieron su agosto pero también donde lo verdaderamente misterioso e inexplicable tuvo lugar. Nos quedan riquísimos testimonios a favor y en contra del espiritismo e incluso documentos fotográficos escalofriantes algunos y otros ridículos y desopilantes. 


Esa atracción por las fotos en sepia, blanco y negro llenas de “ruido” de tiempos pasados que gusta y espanta a la vez, se vuelve enfermiza hasta lo obsceno cuando en ellas se aprecian rastros del Más Allá. Ahí están mezcladas los teleplasmas saliendo por las narices y boca, hadas sobrevolando jardines, espíritus desconocidos que se cuelan detrás de un desprevenido retratado, médiums levitando entre la audiencia… en fin, testimonios de una época que ni siquiera sospecharía del auténtico miedo material que marcaría el siglo XX y que hoy queda a la luz con todo su candor e inocencia. 


Comienza el 2014 y ya estamos oficialmente recordando el primer centenario de esa época que culmina con la primera detonación de la Gran Guerra y esa otra verdaderamente dura que comienza. Muertos por doquier, de los auténticos, de los que dejan viudas y huérfanos y también de los otros, los de los golpes en la mesa y la posesión mediúmica. Nosotros nos quedamos con los últimos para celebrar el aniversario de ese otro fantasma que recorrió Europa y el mundo. Larga vida al Otro Lado.



3 de febrero de 2014

¡Estamos sobre el promontorio más elevado de los siglos! ¿Por qué deberíamos protegernos si pretendemos derribar las misteriosas puertas del Imposible? El Tiempo y el Espacio morirán mañana. Vivimos ya en lo absoluto porque ya hemos creado la eterna velocidad omnipresente.
F.T. MARINETTI




NEW ROSE




CABALLOS DESBOCADOS

"El promedio de vida en la Edad de Bronce era de 18 años; en la romana de 22. El cielo debe de haber estado lleno de jóvenes apuestos. Ahora debe de ser espantoso..."
YUKIO MISHIMA


VASELINA

1981 - BUENOS AIRES - ARGENTINA