Los atardeceres en el condado de Surrey, al sur de Londres, son especiales. El paso del día a la noche, con su variedad de tonalidades hasta llegar a la oscuridad más profunda, suele estremecer. En Chiddingfold, un pueblecito en las afueras de Guildford, su capital, dicen que comenzó todo y no es casual. Esos tonos especiales del ocaso que van del blanco al negro más profundo fueron el manto que cubrió el nacimiento de THE STRANGLERS.


Al principio, allá por 1974, fueron The Guilford Stranglers y al poco tiempo dejaron el topónimo de lado. JJ Burnel, Jet Black, Hugh Cornwell y Dave Greenfield consiguieron crear un grupo que no encajó en ninguna corriente musical en concreto pero que al llegar a Londres a mediados de los 70’ dejaron una marca indeleble en la escena musical al explotar el punk.
Primero
el circuito de pub-rock, luego los
legendarios conciertos del London 77. Allí
estuvieron en el momento preciso en el lugar adecuado. A pesar de no ser coetáneos
de los adolescentes que patearon el tablero por entonces -y de despertar alguna
suspicacia por este motivo- encajaron perfectamente y marcaron una época.

Álbumes como Rattus Norvelgicus, No More Heroes, Black And White, Aural Sculpture, Dreamtime, Coup The Grace o Giants son una muestra de uno de los más grandes grupos de todos los tiempos.