El
tema del orden en este caso es más que relativo, casi intrascendente. No hace
verdaderamente a la cuestión. Qué importa si ha sido el primero o el último en
andar las calles suburbanas de su barrio mostrando, sin desparpajo, su punkitud
o, si aún sigue por ahí vagando como un anima sin paz… Ahí estuvo, está y
estará MONGO, el alma de un Gerli irredento y fatalmente condenado por la
belleza de lo trágico.
No
recuerdo muy bien cuándo ni cómo lo conocí, algo comprensible si se tienen en
cuenta las circunstancias y los tiempos en que ocurrió. Sí que fue durante
1980, 81 u 82 en una Argentina más que dura y enrarecida que pario un puñado de
punkitos que dejaron una marca indeleble en el ambiente. Tampoco recuerdo si fue
abajo o arriba del escenario, en el sur del Gran Buenos Aires o en una sala del
Centro de la Gran ciudad. La cuestión es que él formó parte de ese pelotón de
punks, un tanto alejado de ese núcleo más “chic” que también hubo por entonces,
punks diferentes, sin el falso glamour del querer parecer sino auténticos portadores
de una verdadera suciedad callejera.
Si
bien su DNI reza Sergio Spadavecchia, clase 1965, para nosotros siempre fue
MONGO, un chico de barrio y de una familia trabajadora del suburbio y que
conoció de cerca la marginalidad y el sobrevivir en una jungla de cemento.
Autentico, sin posturas artificiosas ni aditamentos, fue parte de esa tribu del
Sur en la que militaban Rati, Varicela, El Gordo Manners y Marcelo Pocavida
entre otros personajes. Todos formaban parte de ese “Sur Punk”, donde Gerli,
Escalada y Lanús era el territorio donde se vivía y se formaba identidad. Curiosamente
también yo pasé por ahí, donde me sentía más cómodo que en cualquier otro lugar,
donde vivían mis amigos de la calle, donde convivían “El Porve” y el “Granate”
junto a Sid Vicious y Los Violadores.
Fue
carne de DGI, ESTADO DE SITIO y de ALERTA ROJA, su banda y medio donde expresar
esa punkitud de suburbio, de la que fue su voz y su imagen. Pablo, Fernán y
Daniel completaron la partida. Mucho corrió y pasó bajo el Puente Gerli… luego,
vinieron tiempos personales duros y tumultuosos, caídas, levantadas y vuelta a
caer, Luca Prodan y el baño de un bar, y la lucha por la supervivencia al lado de
su hermosa madre, Lucía, como siempre y viviendo en la aún hoy en su casa de toda
la vida. Mongo sobrevive a un destino que no fue ni es nada fácil, pero que
afronta con esa voluntad incombustible. Es un artista de la vida que se atreve
sin prejuicios a dar testimonio en forma de una poesía muy suya y personal, plasmando
en ella sus pensamientos e intuiciones y dejándolas en un cuaderno donde su
filosofía se materializa en tinta y pulpa de papel.
Aquí
están sus manuscritos, su mente, alma y corazón por primera vez publicados. Aquí
están para todos nosotros, amigos, indiferentes y enemigos.
Desde
el Suburbio de la Mente aquí está MONGO, desnudo y en estado puro… Qué más da
si fue el primero o el último.
Ni
lo uno ni lo otro, simplemente: MONGO.
EL ROJO
AMANECER
¡Qué el rojo amanecer
adivine lo que haremos cuando el universo abra sus tremendas manos y nos
envuelva hacia el mismo eterno ser!
Dando rubíes
y madreperlas a los viejos seres terrestres y en el silencio del infinito
quiebre los sueños que traen paz, sueños más dulces que la misma miel
Hoy cuando el
cielo está colmado de nubes veo como se abren
Las puertas
del Universo y que todo reposa sobre un rojo amanecer, amanecer que algún día
tendrá su ocaso.
Mientras
tanto esto vaya sucediendo ¡que el rojo amanecer adivine lo que haremos cuando
esa luz azul de las estrellas se haya terminado y todo llegue a su fin!
COMIENDO SU
CARNADA
Máquinas
manejadas por hombres chip implantados en el cuerpo
Melancolía de
canciones metálicas tapadas con laudes
Marejadas
cubriendo ratas por las calles
Muerte y caída
de un rey, guerras y garras comiendo su carnada pútrida en el día de hoy
Pibes muertos
vivos en la calle y puta desocupación.
Máquinas
idiotas de la televisión.
SER
Viví el
destino de tu suerte
Conocí el
silencio de tu llanto
Ahora ahogo
el camino de lo oculto
Entre luces
iracundas bajo el efecto del alcohol adueñando otra parte de mi cuerpo.
Disoluta comprensión
en este frio despertar caminando por otras tierras, por otros suelos.
Bajo el
efecto requerido que se adueña de la otra parte de mi oscurecer
UNA PLEGARIA
Noche pasada
de sueño
Alabada sea
esta noche
Que podamos
recuperar ese sermón de los tiempos pasados
Que olvidemos
el rencor de todos los tiempos
Bajo esa
forma de impresión descubrí el silencio de esta música
Donde los
antiguos murmullos de lo olvidado vuelva hoy acá
Donde ahora
yo me encuentro recordando esos sueños más dulces que la misma miel
Y que podamos
olvidar el rencor de todos esos tiempos
OLVIDO
Recuerdos
olvidados del ayer
Perdidos en
el ocaso del suspiro
Y escapaste
volando sobre un poema
Y destrozaste
mi corazón
Y las lágrimas
se ahogaron en tu recuerdo
Ya he perdido
el ayer igual que tú no te acuerdas ya de mí
Viejos
recuerdos de deseos en el último abrazo
Mi vida hoy
dejó este telón confuso de olvido
TRANSFORMACIÓN
Para aprender
a vivir hay que aprender a morir
Todo opuesto
es uno, toda alegría da lugar a un fracaso
Todo tiempo
vuelve, todo lo que sube baja
Las alegrías
de ayer se transforman en llanto, mujer.
Toda noche se
encarna en día.
Hasta el más
bello recuerdo es mejor olvidarlo
¿Qué es
perdida? ¿Qué es ganancia?
Qué es la poesía
sino el canto de un músico qué llora
Si digo que
mañana es seguro que jamás será
PENSAMIENTOS
Debes callar
siempre, justo en ese preciso momento cuando la verdad asoma de tu boca.
Debes callar
siempre para que los “humanos” no escapen de vos.
Una vez no
callaste y entonces tu mejor amigo te dejó… escapó de ti para siempre, huyó de
ti!!!
Debes callar,
así los “humanos” te recogen en el seno humano
Pero si amas
el destierro no calles más y ve hacia la lejanía…
Solo pensamientos.
SERGIO
MONGO