Hace 54 años la televisión parió una obra maestra. En la noche del
11 de noviembre de 1960 los aparatos sintonizados en la cadena CBS de los
Estados Unidos emitieron una lluvia de rayos catódicos que impactaron
directamente en la corteza cerebral de sus televidentes. Su emisión obró como
una emulsión fijadora en la memoria colectiva de una historia y una puesta en
escena impresionante. A partir de entonces una serie de sombras y luces en
blanco y negro se impregnaron una y otra vez en cada uno de los que vieron el
episodio por más de medio siglo. Y me temo que así seguirá sucediendo cada vez
que alguien sea sometido a visionar EL OJO DEL OBSERVADOR de la DIMENSIÓN
DESCONOCIDA.
Una mujer con su rostro vendado espera que la enésima intervención
de cirugía plástica que ha sufrido tenga éxito. Su deformidad la convierte en
un monstruo marginado por la sociedad y esta es su última oportunidad antes de
ser condenada para siempre al rechazo de sus semejantes. Al quitar el vendaje, el
horror y el espanto se apoderan del personal médico al ver el fracaso de la intervención.
En ese momento el espectador ve el rostro de la paciente y también el de los
demás. Ella es una mujer hermosísima para los cánones de nuestra belleza y
ellos unos seres horrendos de pómulos hinchados y deformes con nariz de cerdo.
“La belleza se encuentra en el ojo del observador” es el mensaje
que el genio de Rod Serling nos ofrece en el sexto episodio de la segunda
temporada de THE TWILIGHT ZONE. Serling es capaz de inmortalizar el asombro
solamente en poco más de veinte minutos de televisión: “Nos quedamos por un
momento suspendidos del espacio y el tiempo para presentarles a Janet Tyler,
que vive en un mundo de oscuridad privado, cuyas dimensiones son de la talla,
espesor y longitud de las vendas que cubren su rostro. De aquí un momento
regresaremos a su habitación y descubriremos lo que esas vendas esconden, pero
teniendo muy en cuenta que no debemos sorprendernos por lo que vayamos a ver…
porque esto no es solo un hospital ni la paciente 307 es solo una mujer.
Resulta que nos hallamos en la DIMENSION DESCONOCIDA, lugar al que Janet Tyler
está a punto de entrar con ustedes.”
"Eye of the Beholder" una maravilla producto de
un tiempo en que la TV era una caja de sorpresas. Un tiempo irrecuperable y que
solamente se encuentra en la DIMENSIÓN DESCONOCIDA.